martes, 15 de enero de 2013

Llevar el trabajo a casa



La mente del fotógrafo siempre está en marcha. Siempre estamos buscando historias, personas, plantas, luces y sombras, contrastes, y un largo etcétera.

Y a veces lo encontramos. Solamente pasa que en este momento estás haciendo algo que no te permite hacer la foto que tienes en tu mente torcida. O, como era el caso para esta foto, no llevas tu cámara contigo...

En este caso, estaba trabajando en un bosque, para acabar de quitar los restos de la terrible nevada que sufrimos hace unos años. Pues no era el sitio adecuado para ir con material sensible, ya que íbamos cargados de material más adecuado para este labor: sierras, motosierras, herramientas de podar, y tres perros para hacernos compañía.

En un momento determinado encontré esta rama de alcornoque, cubierto con un precioso liquen azul cobalto. ¡Y no tenía mi cámara! La solución era fácil: me lo llevé a casa, y le hice todas las fotos que quería en mi casa.

¡Fácil!

Ojo: ¡No vale la pena destrozar la naturaleza para una foto! Soy partidario de fotografiar la fauna y flora viva en su entorno natural sin molestar para nada. En este caso se trataba de una rama seca de unos veinte centímetros que se hubiera eliminado igualmente con la limpieza del bosque.

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