He cambiado de idea. Las bodas sí que son divertidas. Por lo menos cuando tengo una cámara en mis manos :-)
Ya hace unos doce años que hice mi primera boda con la idea de hacer unos buenos recuerdos para una pareja en el mejor día de su vida. Sin embargo, allí estaba para divertirme como invitado, y no tenía ninguna responsabilidad ni obligación de producir unos resultados profesionales.
Pero era una buena escuela. En este tipo de eventos, todo sucede tan rápido que ni tienes tiempo de respirar. Los momentos hay que capturar cuando ocurren...
Te encuentras con todo tipo de situaciones, como contraluces, interiores, exteriores, sitios claros y otros oscuros, con fuentes de luz de diferentes colores, movimientos rápidos, niños que no quieren mirar "al pajarito", etc. Por esto, primero tienes que conocer tu cámara a fondo. No te puedes perder un solo segundo buscando el botón para cambiar el ISO, probando tu suerte con los botones del flash, o mirando la pantalla, preguntándote porque una foto te ha salido borrosa o subexpuesta...
Lo curioso de esta boda, fue la combinación con el bautizo de la hija de la pareja. No sé qué pensaba el cura de esto ;-)
¡Fácil!
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