Ikebana es sencillamente el arte japonés de hacer arreglos florales, pero aparentemente no es tan sencillo...
Una visita a una exposición de Ikabana vale la pena. La exposición consistía de arreglos minimalistas en la primera sala, pasando por arreglos más complicados en la siguiente, y unos preciosos arreglos "por libre" en la última.
Mi idea era plasmar esta sencillez a las fotografías, con una composición también sencilla. Me limité a llevar un solo objetivo y un flash que a veces disparaba a través del sistema CLS, pero solo en los lugares donde no entraba suficiente luz de día, ya que no quería cargarme con un trípode (es que entre mucha gente queda fatal :-)
Con los fondos blancos, ocupando a veces más del 90% del fotograma, y el tamaño relativamente pequeño de los arreglos, es muy fácil que el fotómetro de la cámara se despiste. Como es lógico, la solución es usar la compensación de exposición a alrededor de +1 EV (dejando entrar siempre el doble de luz, o un paso, de lo que dice el fotómetro).
Me di cuenta de que muchos arreglos usan flores frescas, y por lo tanto están en agua... El agua refleja la luz... Reflejos me gustan... Pues hay que fotografiarlos ¿no?
¡Fácil!
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